México cuenta con un amplio marco legal para las Energías Renovables, de las cuales destacan la Ley de Transición Energética (LTE, 2015), la Ley de la Industria Eléctrica (LIE, 2014) y la Ley General de Cambio Climático (LGCC, 2012).
La Ley de Transición Energética establece como mandato que el 35% de la generación de energía eléctrica en México deberá provenir de energías limpias para el año 2024. Asimismo, delimita como sus instrumentos de planeación a 1) la Estrategia de Transición para promover el uso de tecnologías y combustibles más limpios, 2) el Programa Especial de la Transición Energética (PETE) y 3) el Programa Nacional para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (PRONASE).
Por su parte, la Ley de la Industria Eléctrica (2014) define a las energías limpias, entre las que se incluye: eólica, solar, oceánica, geotérmica, bioenergética, biogás, e hidrógeno. El caso de esta última, la eficiencia mínima no deberá ser menor a 70% del poder calorífico inferior de los combustibles utilizados.
La Ley General de Cambio Climático (2012) establece como meta una reducción del 50% de las emisiones de GEI al 2050 respecto al año 2000. Esto condicionado a los mecanismos de financiamiento y transferencia. La Ley delimita como sus instrumentos de planeación a 1) la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), 2) el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) y 3) los Programas de
las Entidades Federativas. Asimismo, reconoce los compromisos internacionales del país en el marco del Acuerdo de París, es decir las Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Recientemente, México ha presentado la actualización de su NDC como se presenta a continuación:
- Compromisos no condicionados: Se centran en reducir el 22% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y 51% de las emisiones de carbono negro al año 2030 respecto al escenario tendencial (business-as-usual, BAU)
- Compromisos condicionados: Apoyarán a reducir hasta en un 36% las emisiones de GEI y 70% de las emisiones de carbono negro al año 2030 respecto al escenario BAU.