Ejes para fomentar la demanda del hidrógeno verde en América Latina y el Caribe

La región tiene la oportunidad de integrar nuevos vectores energéticos limpios, como el hidrógeno verde y sus derivados.

Por Stephanie Gil, Banco Mundial

América Latina y el Caribe (LAC) es una región que se distingue por tener una de las matrices eléctricas más limpias del mundo, con el 60% de la producción de electricidad proveniente de fuentes renovables.[1] Esta energía renovable es principalmente hidroeléctrica, lo cual presenta cada vez desafíos mayores, debido al clima, las sequías y la variabilidad de los patrones hidrológicos. Ante estos retos, el Banco Mundial ha identificado que la región tiene la oportunidad de integrar nuevos vectores energéticos limpios, como el hidrógeno verde y sus derivados, para diversificar su matriz energética, descarbonizar sus actividades productivas y seguir siendo una región económicamente competitiva.

Los gobiernos de LAC están tomando acciones para usar el hidrógeno verde como un componente esencial en sus transiciones hacia la carbono neutralidad. Por ejemplo, Chile y Costa Rica se comprometieron en sus Estrategias Climáticas de Largo Plazo (LT-LEDs por sus siglas en inglés) a incluir al hidrógeno verde como un combustible limpio para descarbonizar sectores intensivos en energía y difíciles de abatir, incluyendo la minería, la industria agroquímica y el transporte de larga distancia.[2]

El Banco Mundial cree firmemente que LAC puede contribuir al impulso mundial de la descarbonización de sus economías a través del uso del hidrógeno verde como un vector energético, por medio de la implementación de acciones y políticas habilitantes que promuevan de manera paralela tanto la oferta como la demanda del hidrógeno verde. La demanda varía significativamente dependiendo de los consumidores, existiendo sectores productivos interesados en usar el hidrógeno verde como combustible limpio, materia prima o reactivo para procesos con alto requerimiento energético.[3] En LAC, el uso del hidrógeno verde (y sus derivados) puede ayudar a desarrollar cadenas productivas sustentables. Los países de la región podrán exportar productos bajos en carbono, tales como el cobre verde o los fertilizantes verdes producidos con hidrógeno verde a países importadores dispuestos a pagar una prima y así mantener su competitividad en los mercados internacionales, sobre todo en el contexto de mecanismos de ajuste de fronteras de carbono (MAFC).[4]

Si bien no hay una fórmula única para fomentar el uso del hidrógeno verde, en el Banco Mundial hemos identificado tres ejes que pueden desencadenar y fomentar su demanda: (i) regulación que propicie el consumo, (ii) esquemas de financiamiento innovadores, y (iii) creación de valles de hidrógeno.

La expansión del consumo del hidrógeno verde en LAC dependerá de la implementación de un marco normativo que fomente el uso de energías renovables y combustibles limpios. Por ejemplo, existen regulaciones que imponen cuotas de energía limpias en el mercado de combustibles, tales como el Estándar de Combustibles Bajo en Carbono de California[5] o la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea RED II[6], que facilitan la demanda de combustibles sintéticos (e-fuels) derivados del hidrógeno verde. En LAC, el Banco Mundial ha brindado apoyo a los países de la región para preparar estudios que apoyen el desarrollo de regulaciones e instrumentos de fijación de precio al carbono, a través de la Alianza de Implementación para los Mercados de Carbono (PMI)[7]. El uso de instrumentos de precio al carbono coadyuva a crear bases sólidas para que los combustibles sintéticos derivados del hidrógeno verde puedan competir en igualdad de condiciones con los combustibles fósiles. Además, el marco normativo debe contener regulaciones y estándares internacionales que garanticen la seguridad en la producción, transporte y distribución del hidrógeno verde. Aunado a lo anterior, el marco normativo debe contener regulaciones y estándares internacionales que garanticen la seguridad, trazabilidad y sustentabilidad a lo largo de la cadena de valor del hidrógeno verde. En este sentido, el Banco Mundial se encuentra proporcionando asistencia técnica a diferentes gobiernos en la región, como por ejemplo, al Ministerio de Minas y Energía de Colombia para analizar experiencias internacionales de certificación de origen de hidrógeno bajo en carbono y recomendar al gobierno opciones de esquemas que certifiquen la trazabilidad y sustentabilidad de la industria, así como al Ministerio de Energía en Chile para evaluar parámetros de seguridad que sirvan de base para crear directivas del uso del hidrógeno verde en la minería.

Además, la disponibilidad de esquemas de financiamiento innovador y concesional desempeñará un papel fundamental para apoyar proyectos de hidrógeno en los países de América Latina y el Caribe, en particular, para lograr escalar la producción, atraer a inversionistas privados, y alcanzar precios de producción que sean atractivos para las industrias consumidoras del hidrógeno. En LAC, los inversionistas podrían utilizar financiamiento comercial para desarrollar los componentes de energía renovable, como activos eólicos y solares dedicados a la producción de hidrógeno verde, beneficiándose de la combinación con fondos concesionales para reducir el costo de financiamiento de la planta de electrólisis. Esto puede reducir significativamente el costo nivelado del hidrógeno (LCOH). Con la finalidad de ofrecer financiamiento concesional, el Banco Mundial está trabajando estrechamente con el Gobierno de Chile en la creación de un fondo para mitigar los riesgos percibidos por los desarrolladores y financistas, el cual permitirá otorgar deuda concesional a proyectos que servirán como parteaguas para desarrollar una industria del hidrógeno verde competitiva y autosustentable, teniendo como base el potencial excepcional de producción que distingue al país.

Como tercer eje, el desarrollo de valles o clústeres de hidrógeno a lo largo de la cadena de valor en LAC permitirá agregar múltiples compradores (off-takers) del hidrógeno e incrementar la escala de producción. A través de la creación de valles de hidrógeno se puede impulsar la producción en escala, pues se combinan diversos productores y compradores que comparten inversiones, riesgos e infraestructura, estableciendo asociaciones de colaboración entre grandes empresas. Aunado a esto, los clústeres permitirán que pequeños consumidores de hidrógeno tengan suministro a un menor costo. Es por ello que, el Banco Mundial en colaboración con Mission Innovation está contribuyendo al desarrollo de estrategias de hidrógeno verde que contemplen la implementación de clústeres o valles de hidrógeno que apoyen la cadena de valor para generar fuentes de demanda local a costos competitivos y que integren procesos de producción, almacenamiento y transporte eficientes.[8]

Es a través de estos tres ejes que el Banco Mundial se encuentra apoyando a los países de LAC para impulsar la demanda del hidrógeno verde y operativizar las Estrategias y Hojas de Ruta que los gobiernos de la región han lanzado en los últimos dieciocho meses. El Banco Mundial tiene la certeza de que LAC tiene las capacidades para convertirse en una de las regiones más competitivas del mundo en la producción de hidrógeno verde al 2030, y con ello lograr una transición energética justa que genere beneficios económicos, ambientales y sociales que favorezcan a las comunidades locales, por ejemplo, se prevé que en Chile la industria del hidrógeno verde creará 22,000 nuevos trabajos en 2030; 87,000 al 2040; y alcanzará 94,000 al 2050.[9]

 

[1] https://hubenergia.org/es/indicators/generacion-capacidad-y-consumo-de-electricidad

[2] https://unfccc.int/process/the-paris-agreement/long-term-strategies

[3] https://www.esmap.org/green-hydrogen-in-developing-countries

[4] Es un mecanismo ecológico para las importaciones de bienes procedentes de fuera de la Unión Europea. Es un sistema que aplica un precio justo al carbono emitido durante la producción y que fomenta una industria más limpia en países no pertenecientes a la Unión Europea. Además, combate las fugas de carbono que se producen cuando las industrias transfieren la producción contaminante a otros países con políticas climáticas menos estrictas, o cuando los productos de la Unión Europea se sustituyen por importaciones más intensivas en carbono.  Más información disponible en https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/a3e0c813-00e9-11ec-8f47-01aa75ed71a1/language-es

[5] https://ww2.arb.ca.gov/our-work/programs/low-carbon-fuel-standard/about

[6] https://energy.ec.europa.eu/topics/renewable-energy/renewable-energy-directive-targets-and-rules/renewable-energy-directive_en

[7] Partnership for Market Implementation (PMI por sus siglas en inglés) y su programa antecesor, la Alianza de Preparación para los Mercados de Carbono (PMR por sus siglas en inglés).

[8] http://mission-innovation.net/wp-content/uploads/2021/05/Clean-Hydrogen-Joint-Mission-Statement.pdf

[9] https://www.4echile.cl/publicaciones/cuantificacion-del-encadenamiento-industrial-y-laboral-para-el-desarrollo-del-hidrogeno-en-chile/

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