El hidrógeno, la transición energética que necesitamos

Por Katharina Grosso Buitrago, directora ejecutiva del FENOGE.

Por Katharina Grosso Buitrago, directora ejecutiva del FENOGE

En los últimos años cada vez se habla más acerca del hidrógeno como una de las vías para la descarbonización de la matriz energética del planeta y como la opción para complementar la generación con otros tipos de energía renovable. Esto supone grandes desafíos en términos de cómo poder llegar a posicionar a nuestro país (Colombia), Latinoamérica y el Caribe, como potencias mundiales de producción y exportación de hidrógeno y en general, en actores robustos de todos los eslabones de la cadena de valor del hidrógeno mundial.

Colombia, particularmente, cuenta con unas grandes ventajas que le permitirán incrementar su producción de hidrógeno de bajas emisiones, abastecer su demanda interna, con perspectiva de crecimiento, y poder exportar al resto del mundo. Esto, ya que según Naciones Unidas, tiene el quinto mayor recurso hídrico del planeta, lo que le ha permitido a la fecha contar con una matriz de generación “limpia” con un 67% proveniente de hidroeléctricas y un 2% de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable, FNCER (Fuente: Paratec, XM).

Sumado a esto, en las regiones más al norte de nuestro país, contamos con una radiación de promedios muy superiores a la media mundial y velocidades de nuestros vientos únicas, que superan los 9 m/s (IDEAM), duplicando el promedio mundial. Este potencial, junto a la reducción de costos en las tecnologías solar y eólica, permitirán que siga creciendo el porcentaje de generación con cero y bajas emisiones en nuestra matriz de generación.

Una de las mayores ventajas con las que cuenta Colombia para su consolidación como actor clave en la cadena de valor del hidrógeno, es la ubicación geográfica estratégica que le permite salida a ambos océanos. Esto favorecerá la producción y exportación de hidrógeno de bajas emisiones de una manera competitiva a nivel mundial, permitiendo acceso a mercados de América del Norte, Europa y Asia. Estos países ya están identificando los posibles proveedores de este elemento en los próximos 30 o 40 años.

Vale la pena resaltar que recientemente, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), Colombia es el cuarto país, entre 34 en el mundo, que tiene la capacidad de producir hidrógeno de manera más competitiva y económica. Adicionalmente, el Foro Internacional de Energía, reportó por primera vez a Colombia en el mapa con mayor potencial de producción de hidrógeno.

Con estas oportunidades y la inminencia de tener que descarbonizar sectores como el transporte y diferentes industrias, el gobierno colombiano, al igual que diferentes países de América Latina, han puesto al hidrógeno verde en el centro de la transición energética. Allí también se resalta el liderazgo de Colombia en el desarrollo de políticas públicas, incentivos y regulaciones.

La segunda medición del H2LAC Index realizada por la firma Hinicio en 2022, la cual incluye la percepción de líderes del sector público y privado así como la de expertos de la región, ubica a Colombia como el segundo país latinoamericano con mejores condiciones para desarrollar proyectos de hidrógeno. Esto es, sin duda, una señal del mercado para la validación de los diferentes esfuerzos que Colombia ha realizado para promover y fomentar este vector energético en el país. Gracias al esfuerzo de diversos actores, tanto públicos como privados y entidades multilaterales, Colombia es un referente de lineamientos de política pública en la región.

Actualmente nos encontramos ejecutando la hoja de ruta que está cumpliendo un año desde su lanzamiento, donde se trazaron metas que nos acercarán más a la carbono-neutralidad para el año 2050. Esperamos que al año 2030 el país tenga la capacidad de desarrollar cerca de 3 GW de electrólisis para la producción de hidrógeno verde y pueda producir 50 KT de hidrógeno azul por año. Otro de los objetivos es alcanzar un 40% de consumo de hidrógeno de bajas emisiones respecto del total del consumido en la industria y desplegar una flota cercana a los 3.500 vehículos movilizados con hidrógeno. Para lograr esto, se espera movilizar inversiones que se encuentran entre los US $ 2.500 – US $ 5.500 millones en la década del 2020 – 2030, generando alrededor de 15 mil empleos.

En este sentido, desde el FENOGE, reconocemos la importancia de dinamizar tanto la oferta como la demanda de manera simultánea, incentivando la coordinación institucional, la continuidad en políticas públicas, y los incentivos financieros en estas etapas tempranas de consolidación de la cadena. De esta manera, podrán ir estableciéndose sectores productivos interesados en usar el hidrógeno verde como fuente de energía limpia, materia prima o reactivo para procesos con alto requerimiento energético.

En Colombia particularmente, el fortalecimiento de cadenas productivas sustentables permitirá que adicional a la producción y exportación del hidrógeno, se consoliden actividades productivas relacionadas con productos bajos en carbono, tales como los combustibles sintéticos, minerales verdes o los fertilizantes. Estos productos cada vez resultan más atractivos para los mercados internacionales, donde las medidas relacionadas con las emisiones de carbono son más ajustadas.

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