Hidrógeno verde: Uruguay en el nuevo mapa energético mundial

Noelia Media, del MIEM de Uruguay sobre el impulso de una economía de H2V para el país.

Por Noelia Medina, asesora en la Dirección Nacional de Energía e integrante del grupo interinstitucional de hidrógeno por parte del Ministerio de Industrias, Energía y Minería de Uruguay

Primera Transición Energética

A través de una política de estado sólida y algunos incentivos específicos, el Uruguay impulsó su primera transición energética logrando un muy alto nivel de descabornización de su matriz eléctrica. La misma significó un cambio de paradigma en el mercado energético uruguayo y de la región.

Entre los principales resultados se destaca la importante introducción de energías renovables no convencionales, concretamente: solar, eólica y a partir de biomasa. Al día de hoy se cuenta con una participación promedio de dichas fuentes en la matriz de generación eléctrica del orden de 97% (44% hidroeléctrica, 32% eólica, 18% biomasa y 3% solar, tomando la energía generada entre los años 2017 al 2020).

Otro punto de relevancia fue la descentralización de la generación de energía eléctrica que se logró durante este trayecto. Actualmente existen fuentes de generación de distintos tipos instaladas en forma distribuida en todo el territorio nacional.

Este desarrollo, entre otras cosas, permitió la internacionalización de empresas uruguayas, que habiendo ganado knowhow en proyectos de energías renovables, decidieron iniciar actividades en varios otros países de América.

Uruguay cambió su posicionamiento en los términos de intercambio energético de la región, pasó de ser importador a ser un exportador neto de energía eléctrica. De hecho, el sistema uruguayo fue capaz de atender las necesidades de importación de los países vecinos en los contextos energéticos más críticos de los últimos tiempos.

Segunda Transición Energética

Debido a la gran incidencia de las renovables, el país genera una disponibilidad de energía eléctrica no utilizada cuyo volumen varía de acuerdo a las condiciones climáticas (nivel de lluvias) y de las demandas de exportación. Atendiendo a la necesidad de desfosilización de nuestra economía, es de interés impulsar el uso de esta disponibilidad de energía eléctrica en sectores de alto impacto en términos de consumo fósil y emisiones, como son el transporte y la industria. Para ello, se destaca el impulso de la movilidad eléctrica, mediante la instalación de la primera red de carga de América Latina y la implementación de diversos incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos (beneficios fiscales). Por otra parte en áreas donde no es posible la electrificación directa, se está apuntando a estrategias de Power to X (PtX), las cuales permitirán direccionar dichos excedentes renovables hacia aplicaciones que actualmente emplean combustibles fósiles.

Es así que los pilares de la segunda transición energética son: continuar con las políticas de eficiencia y diversificación energética, profundizar la incorporación de energías renovables, desarrollar una mayor electrificación directa y promover tecnologías PtX.

Habiendo identificado gran potencial en el país para el desarrollo de nuevas fuentes renovables tanto onshore como offshore, así como una alta complementariedad entre el recurso solar y el eólico, se visualiza el impulso de una economía de Hidrógeno Verde como un paso natural en la agenda energética.

A mediados del 2022, Uruguay publicó su propuesta de Hoja de Ruta para el desarrollo de este nuevo vector energético, la cual plantea que el país tiene potencial como productor y exportador de hidrógeno verde alcanzando precios del entorno de los 1,2-1,4 USD/Kg.

Para el mercado exportador algunas de las primeras aplicaciones que se visualizan como más competitivas en el corto y mediano plazo son la producción de combustibles sintéticos en base a hidrógeno, como jet fuels y metanol. En el mercado doméstico se visualiza el uso de hidrógeno verde como combustible de transporte principalmente pesado y de largas distancias y la elaboración de fertilizantes nitrogenados apuntando a sustituir importaciones y eventualmente exportar a la región. A largo plazo, Uruguay podría explorar la exportación de hidrógeno verde mediante distintos carriers e inclusive la producción offshore. Se prevé que el país pueda alcanzar una producción al 2040 de 1 millón de toneladas año de hidrógeno verde en sus distintas aplicaciones.

De acuerdo con los estudios realizados, la implementación de esta hoja de ruta traerá impactos significativos en la economía del país, como ser la creación de nuevas industrias locales y cadenas de valor asociadas al hidrógeno verde; un potencial al 2040-2050 de creación de 34 mil empleos y una facturación de hasta US$ 2 mil millones anuales. En lo que refiere al impacto ambiental, se espera la reducción de 7 millones de toneladas CO2 anuales.

Con el fin de empezar a recorrer la curva de conocimiento, se lanzó un llamado a proyectos piloto en el marco del Fondo Sectorial de Hidrógeno Verde que se encuentra actualmente en etapa de evaluación. Este llamado prevé un apoyo no reembolsable de hasta US$ 10 M en el plazo de 10 años para iniciativas de producción de hidrógeno verde a partir de electrólisis.

Se espera al primer trimestre de 2023 anunciar los adjudicatarios y en el año 2025 estarían operativos los primeros proyectos.

Nuestro país cuenta con condiciones de gran atractivo para los inversionistas por su fuerte institucionalidad, reglas claras, respeto por las condiciones contractuales, solidez financiera y condiciones impositivas favorables para la inversión extranjera. Asimismo, Uruguay se encuentra entre las principales economías del mundo en términos de inversión sustentable habiendo emitido la semana pasada, el primer bono soberano verde, asociado al cumplimiento de objetivos relativos al cambio climático.

La región latinoamericana también cuenta con condiciones muy favorables para el desarrollo de proyectos de hidrógeno de bajas emisiones, con lo cual será muy interesante explorar alternativas de iniciativas en conjunto entre los distintos países.

Estamos frente a un momento bisagra en la historia del sector energético mundial dado que los nuevos vectores de una economía descarbonizada implicarán un cambio en los flujos energéticos, dando lugar a un nuevo mapa geopolítico. En este sentido, es fundamental generar las condiciones institucionales, regulatorias, financieras y de infraestructura adecuadas en nuestros países que den soporte a estos emprendimientos.

Depende de las acciones que podamos tomar hoy, el posicionamiento que pueda tener tanto Uruguay como la región en el nuevo esquema energético mundial.

Fuentes:

https://www.gub.uy/ministerio-industria-energia-mineria/comunicacion/noticias/hoja-ruta-hidrogeno-verde-uruguay

https://ben.miem.gub.uy/

https://www.anii.org.uy/apoyos/innovacion/303/convocatoria-a-proyectos-de-hidrogeno-verde/

http://sslburuguay.mef.gub.uy/30686/21/areas/bonos-indexados-a-indicadores-de-cambio-climatico-biicc-de-uruguay.html

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